lunes, 6 de noviembre de 2023

Belial: La Personificación de la Maldad

La figura de Belial parte de una palabra hebrea que se traduce comúnmente como 'maldad' o 'perversidad', y su evolución desde su aparición en textos antiguos hasta su desarrollo en la literatura pseudepigráfica. Belial es un término que ha intrigado a los estudiosos durante mucho tiempo debido a su rica historia y a las diversas interpretaciones que ha recibido.

El término "Belial" en la antigua literatura hebrea se ha utilizado para personificar la maldad y la perversidad. En muchos de los pasajes del Antiguo Testamento, se refiere a individuos o grupos que cometen crímenes graves contra el orden religioso y social israelita. Sin embargo, a medida que exploramos su etimología y su contexto cultural, se hace evidente que la figura de Belial adquiere una profundidad mayor en la literatura pseudepigráfica, donde se le representa como una entidad más poderosa y maligna.

El Personaje de Belial en el Antiguo Testamento:

En el Antiguo Testamento, Belial se presenta principalmente como un término emotivo para describir a personas o grupos que cometen actos atroces, como la incitación a la adoración de dioses extranjeros, el perjurio, la falta de hospitalidad y otros comportamientos censurables. La gramática y la estructura de la palabra "Belial" sugieren algunas características de personificación, pero no todas. La figura de Belial se expande en la Vulgata, donde se translitera en lugar de traducirse en ocho pasajes hebreos. (Dt 13, 13; Jc 19, 22; 1 Sam 1, 16; 2, 12; 10, 27; 25, 17; 2 Sam 16, 7; Na 2, 1). En 1 Reyes 21:13 la Vulgata dice diabolus.

Etimología de Belial:

El origen etimológico de Belial ha sido objeto de debate en la academia. Los rabinos de la antigüedad tardía lo interpretaron como "hijos sin yugo", refiriéndose a aquellos que han renunciado al yugo de los cielos. Otros estudiosos han sugerido conexiones con palabras en hebreo y árabe, como "ascender" o "tragar". Sin embargo, la interpretación más plausible sugiere que "Belial" se deriva de la negación "bĕlî" seguida de un sustantivo relacionado con la idea de "ser digno" o "ser valioso". Esta interpretación se apoya en paralelismos lingüísticos y ejemplos de uso similar en hebreo y ugarítico.

Belial en la Literatura Pseudepigráfica:

En la literatura pseudepigráfica, Belial adquiere un carácter más sobrenatural y se convierte en el nombre del Diablo, un poderoso oponente de Dios que acusa a las personas y las lleva al pecado. Esta dualidad se relaciona con el zoroastrismo, una religión influencial en la región donde vivieron muchos judíos. En los Rollos del Mar Muerto, Belial es el líder de las fuerzas de la oscuridad y la maldad, en constante conflicto con las fuerzas del bien representadas por el Maestro de la Justicia. Esta lucha se representa tanto en el plano humano como en un enfrentamiento mítico entre el ángel Miguel y Belial.

Belial en el Nuevo Testamento y la literatura judeo-helénica:

La asociación de Belial con la oscuridad se encuentra en el único testimonio de Belial en el Nuevo Testamento (2 Cor 6, 14-15): “¿Qué asociación puede tener la justicia con la maldad? ¿Puede la luz asociarse con la oscuridad? ¿Qué armonía tiene Cristo con Beliar o un creyente con un incrédulo?”. También aparece Belial en  los Oráculos Sibilinos con una aparente referencia a la carácter diabólico de un emperador romano. La asociación de Belial con la oscuridad y la maldad se destaca en estas referencias. Su nombre se ha interpretado de diversas maneras, incluso como "ligereza", en contraposición al camino de Dios. Esta dualidad de luz y oscuridad también se relaciona con la creación zoroástrica, donde Ahura Mazda habita en la luz eterna y Angra Mainyu en la oscuridad eterna.

Conclusión:

Belial es una figura intrigante que ha evolucionado a lo largo de la historia y ha adquirido diferentes significados en diversas tradiciones y textos. Su origen en la antigua literatura hebrea como un término emotivo se amplía en la literatura pseudepigráfica, donde se convierte en una entidad demoníaca poderosa. Este estudio demuestra cómo las influencias culturales y religiosas han dado forma a la evolución de esta figura a lo largo del tiempo, como una entidad opositora a Dios y a los hombres.

Saludos

Luis Breña

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