Los que pasan de largo:
30 Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de ladrones que, después de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. 32 De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.(Lucas 10:30–32, BJL)
Llama la atención de que Jesús específica tanto el hombre agredido como el sacerdote y el levita bajan de Jerusalén a Jerico. Posiblemente porque regresaban a casa después de peregrinar a Jerusalén y en el caso del sacerdote y el levita de participar o ejercer una función cultual en el Templo.
Eso quiere decir que no tendrían ningún apuro realizar alguna función litúrgica, sin embargo pasan de largo. La Ley de Moisés específica que el israelita en especial el sacerdote o levita debían purificarse por tocar a un cadáver o entrar en contacto con la sangre. El sacerdote y el levita, no actúan por alguna urgencia en relación al culto sino por la falta de compasión y evitar las normas de purificación al atender a un herido.
La acción de samaritano es sorprendente porque lo motiva la compasión y la generosidad, aspectos propios del Dios predicado por Jesus.
Saludos.
Luis Breña
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