domingo, 3 de noviembre de 2019

El concilio divino: El séquito de Dios, montañas y jardines sagrados.

Estimados lectores  les presento el siguiente artículo realizado a partir de las ideas propuestas por Michael Heiser en su libro The unseen realm. 

El séquito de Dios. 
En los pueblos de antiguo medio Oriente, las personas pensaban que las estrellas eran entidades vivientes. Esto se debe a que las hombres de la antigüedad veían que algunas estrellas se movían, lo que era una indicación que estaban vivas y que reflejaban la gloria de los seres divinos.
Prueba de esto lo vemos en el libro de Job: Jb 38, 4-7 en donde se afirma a través  una narración poética que cuando Dios creaba al mundo las estrellas de la mañana cantaban y los ángeles vitoreaban. Es interesante que en los textos bíblicos se haga una distinción entre las estrellas o hijos de Dios y Los Ángeles.

Israel puede considerarse al igual que otros pueblos antiguos como una religión astral, porque ve en las estrellas seres vivientes (Is 14, 13-14), reciben nombres como seres vivientes (Sal 147, 4), fueron creadas por Dios (Gn 1, 16) y son parte del ejército celestial (Jc 5,20 ; Is 40, 25-26; Dn 8,10).
La descripción del séquito de Dios conformado por el ejército de las estrellas del cielo, es una analogía de cómo eran las monarquías de los pueblos e imperios del antiguo medio Oriente. El rey gobernaba acompañado de su séquito real, que generalmente eran miembros de su familia que cumplían algunas funciones de gobierno.
Esta costumbre está atestiguada en Egipto donde la familia del faraón participaba del gobierno en puestos clave.
Estos seres espirituales llamados en hebreo elohim, tienen funciones de gobierno tal como indica el Salmo 82, ellos gobiernan y juzgan a las naciones.

Este séquito de Dios es el concilio divino que también aparece en otros pueblos, por ejemplo en Ugarit, el concilio divino del dios cananeo El, está formado por 3 niveles:

El y su representante Baal.
Los hijos de El (dioses del panteón de Ugarit)
Los dioses mensajeros.

El concilio divino de Yahvé se diferencia a los panteones de los dioses cananeos ya que desmitifica a los dioses o astros del cielo, no los considera dioses propiamente sino creaturas de Yahvé a su servicio. Yahvé es llamado elohim al igual que el resto del concilio divino pero es único y diferente al resto. De entre todos los elohim es el único Dios.

Montañas y jardines sagrados.
En Ugarit el concilio divino residía en una montaña sagrada o un jardín. La morada de los dioses tenía un suministro de agua ya que se encontraba en la “fuente de los dos ríos”. Los dioses vivían en el Tsapanu “las alturas remotas del norte”. En el AT Yahvé también vive en una montaña sagrada. En el Sal 48,1-2 se afirma que Jerusalén está ubicada en tsaphon (extremo norte) o en las alturas del norte (Is 14,13). Tsaphon indica las regiones montañosas al norte de Canaán. Cuando los escritores bíblicos afirman que Jerusalén osea el Templo se encuentra en las regiones del norte, no se está refiriendo a un lugar geografíco sino a un lugar teólogico. El monte Sión es la verdadera montaña sagrada de los dioses.
Es interesante el paralelo entre el lugar donde reside El y Yahvé. Mientras el primero reside en el santuario de las carpas o la carpa de El, el segundo emite sus decretos desde la Tienda del Encuentro. De hecho este último según el Éxodo fue creado a imitación del santuario celestial. (Ex 25,9.40).

Aquí podemos ver otro paralelo:
Baal:
Se describe el palacio de Baal pavimentado con ladrillos que daban a su casa la claridad de un lapislázuli.
Yahvé:
Cuando Moisés subió al Sinaí vió a Yahvé sentado y a sus pies un pavimento de zafiro. (Ex 24, 9-10)

Yahvé y su concilio divino gobiernan desde una montaña sagrada de la misma manera que en El y sus hijos gobiernan desde el tsapanu. De hecho el monte Sión no es primer monte sagrado, tampoco lo es el Sinaí, el primer monte o montaña sagrada es el Edén.

En Gn 2, 10-14,se describe que del Edén brotaba un río que se bifurcaba en 4 brazos. Esto sólo puede ocurrir si el Edén es una montaña, porque los ríos nacen en zonas altas o regiones montañosas pero si Génesis te lo dice implícitamente, el libro de Ezequiel te lo afirma de forma explícita, el Edén es un jardín y a la vez una montaña. (Ez 28, 13-14); en donde habitaba el querubín (ser mitológico, guardián divino). Si el Edén es el monte santo de Dios, es el lugar donde Dios coloca su trono y habita con su consejo divino (Is 14, 13-14).
Ejemplo:
Is 14, 13-14: Tú que habías dicho en tu corazón: "Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión, en el extremo norte. Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo.

Esto quiere decir que el Edén no sólo era el lugar donde coloco Dios a la primera pareja humana para que viviesen apaciblemente sino era la sede del concilio divino desde donde Dios gobernaba compartiendo sus responsabilidades de gobierno con su corte celestial, los elohim y con los humanos a quienes les dio una función de gobierno sobre los animales. (Gn 1, 26-28; 2, 15. 19_20).



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